Argentina vuelve a estar en la cita obligada de Madrid, en una edición en la que ya no hay ningún tipo de restriccion sanitaria y en la que hay gran expectativa.
El stand que representa a la Argentina tiene dos plantas; la baja cuenta con 407 metros cuadrados y la alta con 80 (el más grande de los países americanos es del de México, con mil metros cuadrados). En la entrada hay una réplica de la Copa del Mundo obtenida por la selección argentina en Qatar, que funciona como un verdadero imán para los visitantes a la feria.
En cuanto a la distribución en un largo mostrador se ubican los representantes de las provincias argentinas y de algunas ciudades emblemáticas para el turismo, como Bariloche que pelea por organizar la Expo 2027, un evento turístico de relieve, para el que compite con Belgrado (Serbia), Málaga (España), Phuket (Tailandia) y Minnesota (Estados Unidos).
Dentro del stand, se ubican pequeños escritorios con pantallas interactivas, donde agencias de viajes -socias de la Cámara Argentina de Turismo-, hoteles y empresas gastronómicas, entre otros, se reúnen con clientes europeos del sector, buscando captar inversiones, según detalla Infobae.
Para mesurar la importancia del turismo para las arcas argentinas -muy necesitadas de divisas-, el ministro Lammens le dijo al citado medio que el impacto económico de la llegada de visitantes internacionales “superó los 3400 millones de dólares en 2022, con una recuperación que promedió el 92% de niveles prepandemia durante los últimos cinco meses” y que el objetivo para 2023 es “superar los 6 mil millones de dólares”. En este rumbo es esencial la promoción internacional que va llegando a destinos recónditos como Medio Oriente o clásicos como la feria anual de Madrid. (Argentina proyecta fuerte promoción turística en Anato)