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Todas las aerolíneas americanas sufrieron los problemas derivados de la entrada de una masa de aire helado por el centro del país, procedente del Ártico, a la que se llamó tormenta Elliott. Todas han ido reanudando sus servicios, menos una: Southwest, la low-cost más grande del mundo, colapsó.
El desastre del servicio es tan grande que hasta el Gobierno ha criticado lo que está ocurriendo, como vino revelando REPORTUR.us (Miles de vuelos cancelados en NY y Boston sobre todo de Southwest).
Hay cientos y cientos de vuelos cancelados en muchos aeropuertos, especialmente en Chicago y Denver. “Desproporcionada e inaceptable” calificó el Departamento de Transportes la tasa de cancelaciones de Southwest. El ministerio añadió que también ha habido “una ausencia de asistencia a los viajeros que se enfrentan a los retrasos o cancelaciones”. “A medida que vamos teniendo más datos –dijo el portavoz del Gobierno– el departamento va a examinar si las cancelaciones podían haberse evitado y si Southwest está cumpliendo con sus exigencias con el cliente así como con otras normas y reglamentos”.
Cientos de pasajeros en varios aeropuertos dijeron que supieron que su vuelo estaba cancelado cuando habían llegado a la terminal. “Estuvimos esperando tres horas” dijjo Natalie Flowers. “Al final nos dijeron que el vuelo había sido cancelado. Nadie nos había informado antes”.
La familia Flowers, de veinte personas, volaba a Miami para coger un crucero no reembolsable que perdió.
Las mismas historias, con el mismo dramatismo, proceden de otros aeropuertos, donde el servicio de Southwest simplemente se desintegró.
La compañía hizo público un comunicado en el que pide disculpas. Dice que “estamos trabajando priorizando la seguridad para urgentemente recuperar la normalidad, devolviendo los tripulantes a los lugares donde tenían que estar. Nosotros teníamos la plantilla y estábamos preparados –añadió la compañía– pero el mal tiempo nos afectó. Somos la aerolínea más importante en 23 de los 25 aeropuertos de más tráfico del país y esta tormenta no afectó de lleno”.
Los sindicatos de tripulantes dicen, por su parte, que la organización interna es mala y que propicia situaciones de este tipo.
