El default de la Argentina está tensionando a las operaciones comerciales de diversos rubros en América del Sur, generando especialmente perocupación económica para Brasil y Uruguay, porque la recesión repercutiría en los países vecinos con más intercambio económico.
Los exportadores brasileños, de diversos productos, están anticipando menores ventas. Mientras que los hoteleros y comercializadores de diversos productos y servicios turísticos de Punta del Este se están preparando para una temporada de verano decreciente, luego de que Argentina no llegara a un acuerdo con acreedores holdouts que le permita desbloquear el pago de deuda.
Esta coyuntura probablemente perjudicaría el poder adquisitivo de los argentinos por la inflación superior al 30% que ya está experimentando. Sumado a que los argentinos tienen problemas para viajar al extranjero ante las normas del Banco Central que restringen la compra de divisas para proteger sus reservas.
Uruguay, que tiene diversos vínculos comerciales con Argentina suele estar supeditado a la economía del país vecino y se ve afectado cada vez que Argentina entra en crisis. Si bien el país limítrofe ahora no está enfrentando problemas de deuda, esta vez se prepara para una baja del turismo de Argentina que podría vaciar sus playas puesto que los argentinos representan dos tercios de sus visitantes.