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José Cabrera, dueño de la tercera mayor cadena catalana tras H10 y Catalonia y uno de los diez españoles con más habitaciones con alrededor de diez mil, ha fallecido en España este sábado 10 de abril, según ha podido saber REPORTUR.mx. Cabrera edificó una cadena con una facturación anual precovid de cerca de 400 millones y unos veinte hoteles, la mayoría de ellos vacacionales en Canarias y Caribe, primero en Punta Cana (República Dominicana) y posteriormente en Riviera Maya (México)
Princess contaba con dos de sus hoteles en Barcelona, cerca de sus oficinas centrales, ubicadas en la localidad tarraconense de Reus. Su mayor presencia se sitúa en las Islas Canarias, con seis hoteles en Gran Canaria, dos en Tenerife, dos en Fuerteventura y dos La Palma (Top 20 de las familias hoteleras españolas más poderosas).
Muy vinculado a Thomson desde sus comienzos antes de hacerse hotelero, su carrera comenzó en Salou. El nexo con este turoperador británico le ayudó enormemente en sus inicios como hotelero. Su desembarco en Canarias se produjo en los años 80 y compró el hotel Contemporáneo junto a José Espelt Civit. Cabrera se separó de Espelt para que este crease H10, donde las cadenas catalanas se convirtieron junto a Riu en las que más habitaciones tenían en el archipiélago.
En el 2000, inició su expansión internacional con la incorporación de cuatro hoteles, situados todos ellos en Punta Cana y dos en México. En 2004 presentó su primera experiencia urbana con la puesta en marcha del emblemático Hotel Barcelona Princess, proyectado por el arquitecto Oscar Tusquets. José Cabrera distribuyó el poder ejecutivo de Princess en sus hijos Robert y Judit, esta acompañada de su marido Carles Poy con funciones directivas de alto rango.
Descanse en paz