Con una temporada de verano que inició el primero de diciembre, el sector estaba expectante que las fiestas fueran la excusa perfecta para que los turistas se movilicen y comience a reactivarse el turismo. Durante ocho meses los hoteles estuvieron cerrados al público, acumulando deudas y obligaciones a pagar. Sin embargo, las reservas para los fines de semana extra largo de Navidad y Año Nuevo no fueron las esperadas en cuatro grandes destinos argentinos en estas fechas como son Mar del Plata, Iguazú, Bariloche o Córdoba.
Desde la ciudad balnearia de Mar del Plata comentaron que las reservas «solo alcanzaron al 20%», y hasta ahora para el mes de enero llegaron al 15%. Los hoteles están autorizados a habilitar el 50% de su capacidad, por los protocolos establecidos por la pandemia del coronavirus. Con ese porcentaje podría haber un equilibrio en los números, pero el 15% es muy desalentador. Los hoteles de las categorías más bajas, decidieron no abrir sus puertas.
La ciudad turística de Iguazú también se encuentra afectada por esta situación. Los empresarios hoteleros señalaron que cuentan con «un 13% de reservas , uno de los números más bajos y que no permite cubrir los costos operativos para su funcionamiento».
En tanto, la provincia de Córdoba muestra un poco más de optimismo y esperan alcanzar «en el mejor de los casos» una ocupación hotelera del 50%.
Por último, Bariloche se posiciona como la ciudad patagónica más elegida por los turistas argentinos. En este caso, la hotelería tradicional cuenta con un bajo número, el 10% de reservas, mientras que otros tipos de alojamiento, como las cabañas o los bungalows podrían llegar al 50%. Almundo elogia el Plan Pre Viaje con ‘boom’ de reservas nacionales