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Mientras desde el ministerio de Turismo y Deportes se impulsan expectativas de turismo estival por el presunto éxito del programa Pre Viaje, desde el sector privado suenan alarmas por la crisis del sector y se relativizan los buenos números que podría haber durante el verano. A esto se suman las restricciones que se van improvisando cada día y el supuesto inicio de clases en la segunda mitad de febrero.
Desde el oficialismo hace días vaticinaban la reactivación del sector tras el desarrollo del reciente fin de semana largo que generó buenas expectativas.
El entusiasmo oficial contrasta con las reacciones privadas. Según Graciela Fresno, directiva de FEGHRA «de no contar con la asistencia del Gobierno, el 95% del sector no podrá afrontar sus costos cotidianos” y calificó de “crítica” la situación del sector, precisando que desde el inicio de la pandemia la destrucción de firmas de hotelería y gastronomía duplicó la del resto de la economía.
La fuerza comercial del sector está abocada a “cancelaciones y reembolsos”, por las reprogramaciones y cancelaciones de vuelos, que sumadas a la incertidumbre sobre las low cost declinaron la demanda. Por otra parte, se constata una preferencia por alquiler de casas en zonas de proximidad y dentro de Buenos Aires. (Crece alquiler de casas veraniegas pese a precios dolarizados)
Reina el desconcierto y se pone en duda el éxito del turismo nacional en el contexto de las restricciones generales.
