Transportes Aéreos Regionales (TAR) ha detectado un fraude al interior del grupo por más de diez millones de pesos, lo que pone en entredicho la viabilidad de su capital para asegurar nuevas operaciones, según publica Dinero en Imagen.
El citado periódico reporta que la aerolínea necesita, además, colocar unos 120 millones de pesos para garantizar el arrendamiento de tres aviones Jet Embraer ERJ 145 y hacer frente a nóminas, adeudos de proveedores y pago de derechos a autoridades aeronáuticas.
Hace unos días, el presidente ejecutivo, Luis Gómez, y el director de Grupo Mafra, Enrique Guerrero, abandonaron la compañía. A Guerrero se le atribuye el uso de los recursos de la compañía de forma discrecional y poco transparente, debido a que él era quien manejaba desde Mafra el pago de la nómina, derechos a autoridades y arrendamientos de TAR.
Según se informó, una primera auditoría interna arrojó evidencia sobre supuesto manejo de dobles nóminas y cobro de bonos y gastos sin respaldo financiero, así como la suspensión del pago de TUA y pagos indebidos a autoridades del estado de Querétaro.
Se recuerda que Miguel Franco es el accionista mayoritario y fundador de TAR, y es el hijo de Eduardo Franco Macías, hermano de Agustín y Elmer Franco, dueños de Infra.