Con el propósito de la protección de las reservas en el Banco Central y evitar fuga de divisas, el Gobierno debate qué mecanismos utilizar pero está claro que implementará el recargo del 30% a las compras realizadas en el exterior afectando especialmente a la industria del turismo, exclusivamente a los viajes internacionales . “Se establece un impuesto para gastos y pagos de dolares en el exterior. Constituirán un fondo de mejora de jubilaciones, infraestructura de hábitat y fomento del turismo nacional”, explica el texto oficial.
A raíz de esta medida controvertida «el domingo hubo 50% más de búsquedas respecto a cualquier domingo; adelantando compras de pasajes y hoteles» según dijo a REPORTUR.com.ar uno de los fundadores de Turismocity, Julián Gurfinkel.
A la vez desde Avantrip tuvieron la misma lectura «El sábado notamos que la gente compraba productos para completar el viaje», dijeron desde Avantrip y agregaron: «El domingo se disparó la venta, principalmente de vuelos al exterior. Es bastante para un fin de semana a esta altura de diciembre». Esto en un contexto en el que ya hubo anticipación de compras frente a un dólar inestable.
Los referentes de la industria ven con malos ojos esta medida porque a diferencia de la implementada años atrás en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, esta no es posible recuperar ni siquiera en forma parcial. “Esto no es deducible y es un impuesto extra sumado a las altísimas tazas aeroportuarias de Argentina lo cual ya es exagerado”.
Desde FAEVYT lanzaron comunicado en contra de la medida que estiman perjudicará a toda la industria en general. Algunos agentes de viajes ya buscan propuestas alternativas; al menos un 5% que regrese al profesional del turismo en forma de compensación puesto que la industria trabaja con márgenes reales de ganancia de entre un 2 y un 8% que sufrirá grandes caídas con esta medida. Aún con poco ánimos, las agencias esperan más definiciones sobre cómo se implementará este impuesto que llevará al dólar turista a un valor estimado de $82.