Deja un comentario 
Al decir de algunos apuntes históricos fueron varios los intentos de edificar esta villa en diferentes zonas de la geografía occidental del archipiélago cubano, sin embargo su definitivo emplazamiento tuvo lugar en torno a una ceiba, donde hoy se erige el monumento de construcción dórica El Templete, sitio en el cual se ofició la primera misa que dejó inaugurada el 16 de noviembre de 1519 la Villa de San Cristóbal de La Habana. En esa virtud los habaneros y visitantes celebran la víspera, dándole tres vueltas a la Ceiba allí plantada y replantada, entre música, bailes y alegrías.
Obra inmensa, actualmente en desarrollo, Ciudad de brillos y oropeles, admirada por todos, desde la primera mitad del Siglo XX, cambió para ser mejor, como toda Cuba a partir del triunfo revolucionario en el año 1959.
Cuna del Apóstol Nacional, José Martí Pérez y de otras muchas destacadas personalidades de trascendencia mundial en la cultura y en las ciencias; ciudad musical, danzaría en lo culto y en lo popular y reconocida por sus fuertes exponentes de las artes plásticas, la arquitectura y otras múltiples manifestaciones de las artes. A estos valores se ha añadido la nueva Universidad de San Ambrosio, levantada donde estuvo edificada la primera Universidad de la Ciudad de La Habana, destinada especialmente a las especialidades de la restauración de alto nivel.
Con el renacer de su centro histórico y sistema de fortificaciones desde la década de los sesenta del pasado siglo, La Habana alcanzó la declaración, en 1982, de Patrimonio cultural de la Humanidad por el Comité Intergubernamental de Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO, se han seguido renovando sus vetustas edificaciones para establecer museos, monumentos, centros culturales y excelentes teatros, centros que representa la amistad con otros pueblos y regiones geográficas del mundo, exponentes de importantes expresiones de la vida cultural y social de la Villa.
No faltan las escuelas, las aulas de familiarización para estudiantes en los museos, casas de atención al adulto mayor, escuelas talleres en restauración, artesanía, entre otros y proyectos humanitarios que convierten al Centro histórico de la Ciudad en un gran proyecto comunitario integrado íntimamente al desarrollo arquitectónico, cultural y turístico del territorio.
En el Centro Histórico de la Ciudad conviven además la hotelería tradicional y moderna, restaurantes, clubes, cafeterías, red de tiendas de artesanía, parques y otros atractivos infantiles y todo se interrelaciona con el continuo proceso de restauración y remodelación que se ha incrementado y en los cuales coexiste un respeto y fidelidad a sus características originales.
La obra inconclusa pero ya monumental ha formado parte de la vida y obra del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, concebida por él y apoyada incondicionalmente por un gran equipo, por la dirección del país y la colaboración internacional, conscientes del valor potencial de esta Urbe; ha posibilitado arribar a este 500 aniversario con grandes logros alcanzados sobre la base de la entrega, sencillez, compromiso y mucho amor de su protagonista, cuya obra ha sido reconocida y valorada no sólo en Cuba sino en otros muchos países del mundo como hombre excepcional que basado y apegado a la edificación y desarrollo de este hermoso enclave, ha logrado que ya se integre a la historia mundial La Villa de San Cristóbal de La Habana y que sin dudas es centro histórico, cultural y social, eje del turismo de la Ciudad, capital de un País que ofrece sus bondades al mundo para su respeto y disfrute de todos.
