Ritesh Agarwal, CEO y fundador de OYO Rooms, es probablemente a sus 25 años la mayor sensación de la hotelería mundial al impulsar la cadena más grande de la India, gracias a su idea de crear una startup hotelera para los establecimientos ‘low cost’ que, por sus bajas condiciones, se encuentran a punto de cerrar, y con la que ambiciona en 2023 convertirse en la mayor cadena de todo el mundo, también estrenando presencia en España desde hace pocas semanas, como recoge esta sección Fin de semana de análisis en REPORTUR.
Ritesh Agarwal tenía 19 años cuando en 2013 puso en marcha la hoy ya mayor hotelera de la India, al lanzar una ‘app’ para los establecimientos de bajas condiciones que por ello estaban a punto de cerrar, y recuperarlos tras hacerles pasar unas pequeñas pero trascendentales reformas.
La clave, especialmente en la hotelería india de bajo coste, es la limpieza, y la marca Oyo, para garantizar un estándar mínimo común, establece unas premisas básicas de calidad para lo que emplea a cientos de personas que evalúan propiedades en 200 factores, que incluyen también la temperatura del agua de los lavabos.
Desde esta idea destinada a evitar a los turistas las habituales sorpresas de tener que alojarse en hoteles en India que no cumplen las mínimas condiciones higiénicas, Ritesh Agarwal ha acumulado ya en este tiempo un patrimonio que se ha cifrado en 5.000 millones de dólares.
Y el último hito ha sido el respaldo de Airbnb al proyecto con la entrada en el capital de esta hotelera que es más crece en el mundo, negociando invertir entre 100 y 200 millones de dólares en la cadena que hoy tiene un gran apalancamiento bancario.
Oyo, con su estrategia, ha conseguido acumular en solo cinco años una red de más de 200.000 habitaciones entre India, Malasia, China y Nepal, y además, acaba de entrar al mercado británico, donde pretende renovar 10 alojamientos que transformará bajo su marca, y en el español, como adelantó en primicia preferente.com.
Ritesh Agarwal, sin embargo, no se conforma en dominar el ‘low cost’ asiático, y basándose en su trayectoria, se ha marcado “para 2023 ser la cadena de hoteles más grande del mundo”, y todo ello sin haberse gastado ni un céntimo en publicidad.
Su proyecto desembarcó hace un año en China, y para constatar lo fulgurante de su pujanza, suma ya en ese país con 180.000 habitaciones franquiciadas y arrendadas ,y más de 4.000 hoteles bajo franquicia o ‘manchise’ (una mezcla entre franquicia y administración) y contratos de arrendamiento.
Siguiendo esta fórmula de expansión, la cadena se ha convertido en una de las cinco principales hoteleras de China, teniendo presencia desde su desembarco en noviembre de 2017 en ciudades como Hangzhou, Xian, Nanjing, Guangzhou, Chengdu, Shenzhen, Xiamen y Kunming
Oyo, con sede en Gurugram (y respaldada por Softbank, por valor de 1.000 millones de dólares) prevé mantener su ritmo de expansión en China, que actualmente se estima en 30.000 habitaciones añadidas al mes, estando la mayoría de las propiedades en la red de Oyo integradas por un modelo de franquicia.
Después de Malasia y Nepal, China es el tercer mercado extranjero de Oyo, y Ritesh Agarwal, destaca que “la floreciente industria hotelera en China disfruta de una fuerte afluencia de turistas tanto nacionales como internacionales”, por lo que explica que invertirán en el país cerca de 600 millones de dólares, de los cuales 300 millones se utilizarán para inversiones en renovación e infraestructura.
Con este novedoso concepto, Oyo —que significa ‘On your own’ (por ti mismo)— ha recibido el apoyo financiero también de Grab, la empresa de servicios de transporte líder en el sudeste asiático tras, ha invertido 100 millones de dólares (88 millones de euros) en la cadena india.
Los empresarios que se adhieren son quienes deben renovar sus propiedades según las especificaciones de la hotelera y pagar una comisión por cada reserva, y la mayoría tiene unas pocas docenas de habitaciones, mientras la hotelera le permite a los propietarios franquiciar, arrendar y renovar hoteles entre tres y 14 días, lo que facilita la incorporación a la red, explica la cadena.
En total, cadena cuenta actualmente en cartera en 170 destinos con más de 12.000 hoteles franquiciados o arrendados, y más de 3.000 viviendas, y pasado mes de octubre, Oyo inició operaciones en los Emiratos Árabes Unidos, mientras avanza en su desembarco en los mercados de Europa.
Con este crecimiento nunca visto antes en la industria hotelera, Oyo se colocaría ya como undécima cadena mundial en solo cinco años de existencia, tras Best Western, China Lodging, BTG, Choice, Accor, Jin Jian, Wyndham, IHG, Hilton y Marriott.
Un modelo innovador que mezcla conceptos como el de agencia de Booking —cobra una elevada comisión por la mera comercialización online—; el de franquicias de Best Western —cierta libertad a los propietarios y sin diversificación por marcas—; el de Airbnb incluyendo apartamentos, pues el único valor consiste en asegurar una cama limpia, o el de Uber, como agregador de habitaciones.
Hotelbeds, en un informe sobre las conclusiones turísticas del pasado 2018, en un apartado referido a las marcas y personas destacadas de ese año, citó a OYO Rooms, como “el desarrollo más importante de este año”, porque “ha salido de la nada recaudando grandes sumas de dinero, alrededor de mil millones de dólares en su última ronda”.