El Gobierno británico ha anunciado una ampliación de la zona de exclusión alrededor de los aeropuertos para estos aviones no tripulados. Esa zona pasará a ser de cinco kilómetros frente a los mil metros actuales y la exclusión será aún mayor en los límites de las pistas de aterrizaje.
La presencia de drones obligó a cancelar un millar de vuelos y dejó en tierra, a la espera de una solución, a unos 140.000 pasajeros, justo antes de Navidad.
Los incidentes aéreos con drones implicados se han disparado en los últimos años, en 2018 se registraron un centenar de percances.