El presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV) en Quintana Roo, Sergio González Rubiera nunca ha tenido como se dice vulgarmente «pelos en la lengua». Y menos ahora que se muestra indignado por la anunciada alza de las tarifas para entrar a la zona arqueológica de Chichén Itzá por parte del Patronato de Servicios Turísticos y Culturales (CULTUR) del gobierno del estado de Yucatán (Boicot confirmado: agencias dejan de vender tours a Chichén Itzá).
En exclusiva para REPORTUR.mx, el experimentado dirigente turístico asegura que los problemas en Chichén no son de ahora: «El conflicto tiene ya cerca de 20 años e inició con la invasión de los comerciantes ambulantes que se fueron adueñando poco a poco del sitio arqueológico. Al principio eran unos cuantos, pero han ido creciendo. Son cerca de 1,800 los que están dentro de la zona de estas ruinas mayas. Esto implica -señala González Rubiera-, una mala imagen para los turistas». «Quizás los mexicanos estamos acostumbrados a los tianguis, pero muchos turistas internacionales se impactan al ver que en lugar de que los vendedores de artesanías estén en un mercado, se encuentren dentro del sitio arqueológico», aseveró.
Y eso no es todo -acusa el también cónsul honorario de Noruega en Cancún- «Estos señores acosan a los turistas. Resulta muy molesto que te persigan intentando vender sus artesanías. También hay reportes de que hacen sus necesidades fisiológicas en medio de la selva porque no hay baños suficientes para tal cantidad de gente»
Lo que dice González Rubiera está sustentado en cifras reales. Se calcula que diariamente ingresan a Chichen Itzá entre cinco mil y siete mil visitantes. Agregue usted los 1,800 ambulantes en un sitio que no cuenta con suficientes baños públicos. Ni bebederos, ni servicios dignos para un sitio que es considerado «Patrimonio Universal de la Humanidad» por la UNESCO.
Pero lo más grave, denuncia Sergio González, es que alrededor de todo existe una mafia; un sistema un sistema económico de corrupción en el que afirma, cada ambulante paga entre 50 y 60 pesos a los custodios de el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que les permitan el acceso. «Comprometen a los custodios, comprometen a la seguridad y nadie está interesado en que salgan de allí».
De todo este desorden, González Rubiera culpa a los gobiernos de ayer y hoy. «Los gobiernos se han hecho de la vista gorda a lo largo de los años porque saben que es un problema social. Sacar a los artesanos de la zona arqueológica es un problema social tremendo si no tienes a donde reubicarlos. El gobierno ha sido omiso en esta responsabilidad. Se la han ido heredando gobernador tras gobernador y hoy el nuevo gobernador de Yucatán, Mauricio Vila muestra una total insensibilidad al pretender aumentar los precios de entrada a partir del 1 de febrero próximo. De tal manera, los nuevos cobros quedarían de la siguiente manera: 406 pesos para extranjeros y 127 a mexicanos, más los 75 pesos que cobra el INAH en ambos casos.
«El tema es que se está haciendo sin resolver los problemas añejos de los ambulantes, además de que las instalaciones de CULTUR, que son las que justificarían este aumento en la entrada, son muy deficientes. Estacionamiento insuficiente y polvoriento e instalaciones de muy mala calidad».
Como medida de rechazo al pretendido aumento de CULTUR, la asociación que preside Sergio González ha implementado una suspensión temporal a las ventas de Chichén Itzá. «Los vendedores en las agencias de viajes en su mayoría no están promoviendo el sitio. Están tratando de canalizar los turistas hacia otros sitios arqueológicos de Quintana Roo, si bien existe una inercia de ventas de viajes pre pagados o circuitos a los turistas europeos que no se pueden cancelar o paquetes que incluyen parques temáticos junto con Chichén y todo eso dificulta realizar una suspensión total». Explica que la acción pretende demostrarle al gobierno de Yucatán el poder y el volumen que manejan las agencias de viajes asociadas que manejan a cerca del 70% de la gente que va a Chichén.
La opción que ofrece la AMAV es aplazar por seis meses el incremento y que cuando ocurra sea gradual, por lo menos en tres partes y que ese incremento vaya acompañado de un programa de inversión en el sitio arqueológico, así como la reubicación de los ambulantes.
Por último, Sergio González Rubiera hace un llamado a la comunidad turística internacional para que comprendan estas acciones. «No estamos tratando de denostar a Chichén Itzá ni a Yucatán. No queremos ofender a los yucatecos. Simplemente que comprendan que esto es un abuso y un atropello por parte de un gobierno y que ante estas aumentos de impuestos no nos quedaremos callados». Y remató: «pienso que al gobernador Vila debería darle vergüenza».
Como el Huachicol!! Cierren el sitio Arqueológico y se acaban los ambulantes!! — Y el estacionamiento, que debería ser gratis ya que no dan ningún servicio??
por algo les dicen yuca-tercos
O que se impida seguir amafiándose a las agencias de las conocidas ratas.