Los dos gigantes turísticos del planeta están coincidiendo en dar un giro a su estrategia. Tui y Thomas Cook llevan tiempo cambiando su enfoque más básico, y su objetivo es dejar de considerar a la touroperación como su actividad central para que sea el negocio hotelero el núcleo del grupo. Es decir, seguir un paso que ya dieron otros como Fluxá, Piñero o Barceló, como desgrana esta sección Fin de semana de análisis en REPORTUR.
Ese viraje en su concepto está llevando implícito que también busquen ampliar su emisor en sus grandes países de destino para reconvertirlos a la vez en mercados con los que nutrir sus hoteles. España, México o Turquía serían los ejemplos más claro de esta nueva intención de fortalecerse en su área de distribución en naciones eminentemente receptoras de turistas.
Tui y Thomas Cook ya llevan años tratando de desarrollar de distinta manera su pata hotelera, pero nunca como hasta en los últimos tiempos habían sido tan explícitos en darle la prioridad absoluta para considerar esta actividad la principal sobre la cual debe girar todo el negocio de ambos conglomerados.
Los dos gigantes se han marcado públicamente metas ambiciosas en sus planes de incorporar resorts, aunque sobresale un nexo común que es el de apoyarse en externos con vasta experiencia en esta actividad, cuyo éxito se ha demostrado más complejo de lo que a simple vista pudiera parecer.
LOS DUEÑOS. Este reenfoque viene avalado por supuesto por las personas clave en ambos grupos. En el caso de Tui, por su primer accionista individual, el oligarca ruso Alexei Mordashov, junto al segundo mayor propietario, la familia Riu, mientras en el de Thomas Cook son los chinos de Fosun quienes impulsan el desarrollo hotelero de la mano de Club Med, de la que poseen todas las acciones.
La lógica que ha llevado a los dueños de los dos grupos a tomar esta decisión es que obviamente veían que los grandes márgenes y beneficios en la industria turística están en los hoteles vacacionales, y que la clave de estos es poder llenarlos, cuando son ellos quienes tienen con sus touroperadores las mejores herramientas para hacerlo.
Los dueños de Tui eligieron hace cuatro años a un nuevo consejero delegado —Fritz Joussen— sin experiencia en el negocio turístico pero experto en la visión estratégica, que había sido siete años CEO de Vodafone en Alemania, y quien dio un impulso a este giro frente a la anterior dirección con más dominio en el puro negocio emisor.
También en otoño de 2012 Thomas Cook había fichado a Harriet Green como nueva CEO, en plena crisis de los gigantes de la touroperación que les llevó a mínimos históricos en Bolsa, pero en este caso fue despedida en noviembre de 2014 y relevada por Peter Fankhauser, un histórico de la casa.
Fankhauser atestiguaba medio año después como Fosun, que acababa de hacerse con Club Med y que era el propietario de la mayor agencia de viajes china, entraba en el conglomerado con el 5 por ciento de las acciones, con la intención de ampliar su porcentaje hasta incluso por encima del 40 por ciento.
EL FOCO Y LA FORMA. Desde entonces, desde esa crisis que en 2012 sembró de dudas el futuro de los dos gigantes emisores del planea por la incertidumbre sobre su modelo de negocio, los reportes anuales y las declaraciones de sus gerifaltes se centraron en afirmar sin ambages en que querían pasar de ser considerados como un touroperador para ser hoteleras.
No empezaban de cero, pero las posibilidades de crecimiento para ellos en este área eran muy elevadas y hasta el momento no habían sido del todo explotadas. Así lo declaraba Joussen en una entrevista en el anterior edición de Preferente en julio: “Tui cada vez es más una empresa de hoteles que hace un uso estratégico de sus touroperadores”.
La forma de ejecutarlo era concentrando el crecimiento en “destinos con 365 días de sol” y a ser posible de la mano de sus socios hoteleros como Riu, quienes por ejemplo en su nuevo desarrollo en Cancún dedicarán la mitad del solar a un hotel con su marca y la otra a las distintas enseñas alojativas que Tui viene impulsando, del mismo modo que pretenden hacerlo en Maldivas o Mauricio.
En el caso de Thomas Cook, la manera de crecer en su pata hotelera es mediante Club Med, lanzando también como Tui nuevas marcas y conceptos como Casa Cook, y con la compra de establecimientos, en virtud de un acuerdo con su accionista Fosun anunciado hace un año para establecer un vehículo de inversión hotelera.
Hoy Thomas Cook ya suma 209 establecimientos tras incorporar 72 con marcas propias —Sunwing, Sunprimer, Sentido, Sunconnect o Smartiline— en 2015, mientras Tui cuenta con 310 hoteles y 214.000 camas, con enseñas como Riu, Robinson, Iberotel o Grupotel, Sensatori, Sensimar o Tui Blue.
EMISORES EN DESTINOS. Y como se ha apuntado, la consecuencia de hacer que los grupos pivoten sobre el negocio hotelero les ha llevado a ambos a querer con más fuerza que nunca crecer en el emisor de sus países de destino, con el razonamiento de que los mercados domésticos son destacados para por ejemplo España, Turquía o México.
En algunos casos el turista nacional llega a suponer más del 30 por ciento de clientes de un destino o un hotel en momentos puntuales, y renunciar a ese mercado para una hotelera no tiene sentido sobre todo en circunstancias especiales como temporadas más bajas o cuando se inaugura un establecimiento.
Así, en su último reporte anual, el CEO de Tui se preguntaba: ¿”Por qué no lleva clientes desde Turquía a nuestros hoteles en el Mediterráneo, o de Brasil a nuestros fantásticos hoteles en el Caribe? En China hay también una emergente clase media con dinero y deseo de viajar”.
Este plan implicaría buscar agencias en por ejemplo México, y así, el panorama del negocio emisor en el país podría sufrir un importante vuelco en el próximo par de años con la intención declarada de los dos mayores gigantes turísticos mundiales de desembarcar en el mercado.